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Aquí puedes leer la primera parte de este post.

Cuando un organismo, órgano del cuerpo humano, célula en última instancia, se debilita, vibra con una frecuencia más baja (más densa) y, si no puede reequilibrarse sola, necesita hacer uso de un recurso externo que le ayude en esa tarea, mediante el uso de la frecuencia adecuada a la vibración perdida.


Se puede considerar la célula como la unidad biológica básica, capaz de vibrar dentro de un rango, y las células son las que conforman los órganos del cuerpo humano, los tejidos, los músculos… Por lo tanto, cuando un órgano (u organismo) está dañado o alterado es porque se ha reducido su frecuencia a un ritmo mucho más lento; este hecho provoca que la energía no pueda fluir libremente ni alimentar correctamente la zona bloqueada. Así, es como se crean los estancamientos energéticos causantes de enfermedades.


En este punto es necesario matizar que la visión de la célula como unidad biológica básica es muy restrictiva porque en realidad la célula funciona gracias a las funciones de los organitos que se encuentran en su interior y que constituyen toda su maquinaria. Pero, para simplificar, se visualiza la célula de esta manera.


Una vez identificado el origen y la causa del malestar, afección, enfermedad, zona bloqueada y/o órgano dañado, se utilizan recursos y herramientas de alta vibración que entren en contacto con el área dañada con el fin de provocar una subida de frecuencia que promueva su total recuperación.


Una densidad baja impide el flujo de energía, mientras que, al elevar la frecuencia de vibración del órgano alterado, la energía recupera su orden y fluye adecuadamente. Este restablecimiento del equilibrio no permanece a nivel local sino que repercute de forma positiva en todo el organismo y en todos los planos / áreas del ser humano.


¿Por qué baja la frecuencia de un órgano o célula? Pueden existir tantas razones como personas en el mundo.
Todas las células tienen una función dentro del cuerpo humano, de la misma manera que todos los órganos desempeñan unas tareas y misiones concretas dentro de ese cuerpo. Y eso es idéntico en todas las personas de este planeta. Es algo incuestionable. No existe ni una sola persona en la faz de la tierra que respire y llene de aire sus pulmones… usando las rodillas, por ejemplo, ni nadie que se alimente por las axilas o que camine con las orejas: mismas formas y mismas funciones. Entonces, ¿por qué no existen curas universales que sirvan para todo el mundo ante una misma enfermedad?


Pues por una razón muy sencilla que la sanación vibracional tiene presente en sus tratamientos y que la medicina alopática ignora: la singularidad e individualidad de cada ser humano, más allá del factor meramente físico. Las diferencias entre seres humanos las establecen los genes, el origen, el ambiente, las experiencias, los pensamientos, las emociones, la nutrición escogida y el registro kármico, por citar sólo algunos elementos. Todos estos elementos pueden ser causa de enfermedades pero no pertenecen al plano físico, por lo tanto si se trata sólo el cuerpo… verdaderamente no se trata la dolencia.

Autosanación

Para la medicina vibracional, como ya apuntábamos en nuestro primer post (link), el concepto de autosanación es de vital importancia ya que los diferentes estados existentes en una persona (salud, enfermedad, proceso de curación) son una responsabilidad personal.


Por este motivo, los terapeutas no curamos a las personas, sino que somos colaboradores y orientadores de su propio proceso de sanación. Y en este proceso nos servimos de diferentes recursos como pueden ser los siguientes, que son algunos ejemplo de los que uso en mi consulta: fitoterapia, meditación, visualizaciones, magnetismo, yoga, aromaterapia, homeopatía, varios fundamentos ayurvedas, litoterapia, algunos elementos de la medicina china tradicional, flores de Bach, musicoterapia, pautas nutricionales…

FUENTES Y REFERENCIAS:

Pascale Pech

RICHARD GERBER, 1993. La curación energética: La revolucionaria medicina vibracional. Nuevas alternativas para sanar. Ediciones Robinbook, S.L. Publicación original 1988 en inglés.

BÁRBARA ANN BRENNAN. 2008. Manos que curan, Ed. Martinez Roca.

RICHARD GERBER, 2011. La curación vibracional. Ed. Robin Book. Edición Tra.