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Hace muchísimos años tuve una paciente, cuando yo aún trabajaba en Francia, que tenía un problema importante, grave, para el cual la medicina alopática no tenia solución, a parte de la cirugía . Esta mujer no necesitó operarse con la práctica de la medicina tibetana y lo hizo de una manera extraordinaria, en una única sesión. Me quedé muy sorprendido.

Ahí vi en primera persona cómo un paciente no sólo responde a principios fisiológicos, propios de la medicina alopática. En ese momento entendí que había otras cosas que nos superan y que no se pueden resolver con ecuaciones y con ciencia. Bueno, a ver… con conciencia quizás.

Ahora mismo, llevo unos diez años estudiando Medicina Tibetana y compruebo cómo no se puede separar la parte espiritual de la parte de la práctica de la medicina. Por eso, yo ahora integro de más en más la parte espiritual.

Yo no pretendo practicar medicina tibetana, lo que hago es adaptar la Medicina Tibetana a la Osteopatía. Y al revés. Por eso, necesito tanto tiempo para integrar esto porque es necesario para tragar y digerir la esencia y aplicar con mis herramientas. Pero al mismo tiempo es muy enriquecedor a nivel personal y mi práctica cambia cada día.

En un tratamiento hay varios límites : el primero, según mi opinión, soy yo como terapeuta; después, hay los propios limites del paciente; y, también, los límites de la disciplina que utilizamos. Tengo que reconocer que varias veces me encontré limitado con la Osteopatía y, de momento, no he visto los límites de la Medicina Tibetana.

La Medicina Tibetana ha mantenido la pureza de lo que han transmitido sus grandes maestros. La transmisión sigue siendo y se mantiene de maestro a discípulos, de forma muy fiel. Pero con secretos, eso sí. Estos se van desvelando a medida que avanzas en su curso y estudio de su medicina.

Estoy muy feliz de estar en el camino de la Medicina Tibetana pero aún me queda aprendizaje para varias vidas. Pero al mismo tiempo es sencillo, lógico… no es nada complicado. Hay muchos datos que integrar pero tienen un razonamiento poético sobre las cosas y, además, pragmático.

No están volando, tienen los pies en el suelo, tienen la dimensión que va desde la materia hasta la transmutación de la materia. Y trabajan en todos estos ámbitos. Son tan abiertos y al mismo tiempo eficientes y concretos. La Medicina Tibetana es un abanico de prácticas, no de técnicas.

Para saber más sobre la Medicina Tibetana te puede interesar el artículo que escribí en nutriSapiens llamado INTRODUCCIÓN A LA MEDICINA TIBETANA.